El irónico Síndrome de Otelo
Publicado por Unknown el domingo, 14 de junio de 2015 | 10:32 p.m.
En la famosa obra de Shakespeare, el moro de Venecia Otelo termina estrangulando a Desdémona, su mujer, injustamente. El culpable no es el intrigante Yago, sino el propio protagonista que no es capaz de controlar sus celos a pesar del esfuerzo de Emilia por convencerlo de que su esposa es completamente fiel. El síndrome de Otelo es una patología psiquiátrica que puede acabar en dramáticas consecuencias. La persona que lo sufre tiene delirios de celos incontrolables y sin razón. Está convencido de que su pareja lo engaña constantemente provocando un comportamiento demencial que varía en gravedad. Por desgracia, todos estamos al tanto de la víctimas de la violencia de género. Pero no hace falta irnos a casos tan drásticos. El síndrome de Otelo es una realidad cuyo origen tiene una profunda raíz en la neurofisiología de nuestro cerebro. A pesar de los estudios realizados, todavía sabemos muy poco sobre este síndrome que hace la vida completamente imposible para algunas parejas.
Cómo es vivir con el síndrome de Otelo
Steve Wood es un hombre bastante corriente, recién casado y que ya ha pisado la treintena. Cada vez que llega a casa, se sienta tranquilamente en el sofá mientras su mujer, Debbie, aparece en el salón con una mirada desconfiada y arrastrando un pequeño aparato. Sin pestañear, se somete al mismo ritual, tarde y noche, en cuanto entra por la puerta: su esposa le hace pasar por una sesión de polígrafo, el detector de mentiras, cada vez que vuelve a casa. Hablamos de la "mujer mas celosa del mundo", Debbie Wood, quién contrajo matrimonio con Steve el pasado 2014. Esta es solo una manifestación del síndrome de Otelo, un trastorno delirante y delusivo. Como otros tipos de trastornos delirantes, el síndrome de Otelo se caracteriza por un comportamiento irracional. ¿Esto que quiere decir? Que los celos van más allá de la explicación o razón real. No importan las pruebas o la lógica.
El afectado por síndrome de Otelo ve lo que quiere (o no quiere, más bien) ver. Normalmente la ilusión le provoca que detecte patrones en el comportamiento de su pareja que le lleva a pensar en un cambio de hábitos por su parte. Patrones completamente irreales, obviamente, que indican infidelidad. Algo muy curioso, cuando hablamos del síndrome de Otelo es que los pacientes normalmente hablan "del otro", sin que este tenga un rostro definido o unas características claras. Es un "fantasma", una sombra indefinida con la cual la ilusión se recrea una y otra vez sin que haya ningún tipo de indicio real o una fuente clara de información. La manifestación de los síntomas puede desencadenarse ante pequeñas variaciones en la vida cotidiana: cambiar la ropa de un cajón a otro, comprar una marca distinta de comida o retrasarse unos minutos en la hora habitual de llegada. Por desgracia, el síndrome de Otelo termina en numerosas ocasiones en violencia o incluso en homicidio. Así que ante el más mínimo indico es conveniente tratar con un profesional.
¿Por qué ocurre?
Cualquier campo relacionado con lo que pasa en el cerebro es territorio casi desconocido. Y el síndrome de Otelo no es una excepción. Sabemos verdaderamente poco sobre las razones fisiológicas detrás de este síndrome. Por que no es solo una cuestión de comportamiento, al menos según algunas evidencias. Los celos tienen un componente emocional asociado la autoestima, según la psicología moderna. No se dan solo en seres humanos sino que son un componente conocido en el comportamiento de distintos mamíferos, donde la palabra "autoestima" deja de tener sentido. Si tuviéramos que darle un sentido biológico a los celos, probablemente sería el de la conservación potenciado por el miedo a la pérdida, especialmente en cuestiones de pareja y descendencia. Sin embargo, el síndrome de Otelo es una patología. Es decir, una actitud que impide el correcto desarrollo, la felicidad y hacer una vida normal. No es equiparable a los celos normales ya que los lleva a al extremo pernicioso para la salud.
Algunos estudios asocian el síndrome de Otelo al Parkinson y Alzheimer, enfermedades neurodegenerativas. De hecho, un interesante estudio muestra como trataron el síndrome de Otelo asociado a un tratamiento con amantadina en un paciente de Parkinson. Otros trabajos explican la relación existente entre otro tipo de lesiones cerebrales y la manifestación de este síndrome. ¿Qué quiere decir esto? Que probablemente exista una razón fisiológica en el cerebro para la aparición o el agravamiento del síndrome de Otelo. No es algo nada descabellado pensarlo. También nos sirve para señalar que es un problema físico, no solo una enajenación mental puntual. No obstante, es importantísimo entender que estamos todavía hablando con mucho terreno que descubrir por delante. Sabemos muy poquito sobre el síndrome, sus causas y sus consecuencias, por lo que lo dicho antes solo son conjeturas. Habrá que seguir investigando para conocer mejor este problema y evitar, así, más tragedias como la del moro de Venecia.
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