Piensa un momento en los aromas que más disfrutas en la vida. Algunos dirán que el del café recién hecho, otros recordarán el olor de la gasolina y también están los que dirán que el aroma de su perfume preferido. Sin embargo, existe cierto tipo de unanimidad entre los placeres olfativos: el olor a tierra mojada.
¿Por qué? bueno, generalmente evoca a nuestra infancia, cuando jugábamos en el patio de los abuelos y corríamos para protegernos de las primeras gotas de lluvia. Poco tiempo después de que empieza a caer el agua se produce ese agradable y característico aroma. ¿Pero de dónde sale?
¿Petrichor?
Los científicos tuvieron el acierto de llamar “petrichor” a este olor tan perfecto, y la palabra proviene de la unión de los vocablos griegos “petra” (piedra) e “ichor” (líquido que fluye por las venas de los dioses). Además intentaron explicar cómo es que surge después de la lluvia, ya que ésta por sí misma no tiene olor alguno, pues básicamente se trata de agua.
Cuando las gotas de lluvia llegan a las superficies porosas, liberan diminutas “bolsas de aire” que terminan escapando a la atmósfera – de la misma forma que sucede con las burbujas en una copa de champaña. Cuando estallan, estos aerosoles dispersan ese “olor a tierra mojada” tan característico.
Los investigadores pusieron a prueba toda una variedad de superficies e intensidades de precipitación. Según la fuerza de la precipitación y la densidad del suelo, el aire puede llenarse de estas burbujas aromáticas provenientes del suelo en apenas unos segundos. Este mismo estudio se hizo también con la lluvia cayendo sobre un cuerpo de agua, pero los científicos comprobaron que esto solo sucede en el suelo con determinada resequedad.
Peligros ocultos en la lluvia.
Sin embargo, en el proceso por intentar descifrar de dónde provenía este olor, los investigadores terminaron descubriendo otras cosas: de la misma forma que este aroma sube a la atmósfera gracias a las gotas de lluvia que se impactan contra el suelo, algunos virus y bacterias también pueden llegar a esparcirse por este medio. Ahora intentan comprender qué tan peligroso puede ser esto para nuestra salud.
Mientras tanto, se sabe que la mayor parte de ese olor a tierra mojada proviene de las propias bacterias. Algunos organismos filamentosos se desarrollan en el suelo en condiciones calientes y húmedas. Cuando son “perturbados” por una gota de lluvia que impacta a toda velocidad, estos se “aferran” a estas micro-burbujas que flotan en el aire, y cuando la burbuja estalla, liberan la fragancia.
Interacción química.
Otra cosa importante descubierta en la investigación es que la lluvia, pese a que básicamente está compuesta de agua, también “barre” una gran cantidad de productos químicos de nuestra atmosfera, volviéndose un poco ácida en el proceso.
Al alcanzar el suelo, esta mezcla química adquiere nuevos contrastes al interactuar con la propia formación química del suelo, liberando nuevos olores. Por eso, la lluvia no siempre huele bien: cuando el suelo está demasiado reseco o cuando está repleto de materia orgánica “muerta”, el olor puede resultar bastante desagradable.
Finalmente, otra parte de ese aroma tan delicioso a tierra mojada proviene de los aceites volátiles que algunas plantas liberan en la naturaleza. Generalmente son depositados en las rocas e interactúan con la lluvia de la misma forma que explicamos antes. Por eso es que en algunas ocasiones puede percibirse un aroma diferente al identificado por otra persona durante la misma tempestad. En realidad hay una infinidad de mezclas componiendo a este olor tan característico.
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