Fue un episodio de histeria colectiva basado en que, en la transición de años entre 1999 y 2000, las computadoras de la época no entenderían el cambio lo que provocaría una caída generalizada en los sistemas y servicios. Esto se debió a que, desde la década de 1960, solían utilizar calendarios internos con dos dígitos.
Con el fin del año 99, irremediablemente llegaría el 00, que las máquinas entenderían como 1900 o como 19100, y no como 2000. Pero en realidad era un temor infundado: muchas computadoras de la época ya manipulaban fechas de cuatro dígitos. Sin embargo, esto no impidió que el pánico se esparciera por todo el mundo y que se derramaran unos US$ 300 mil millones en medidas preventivas.
En la práctica, el Bug del milenio no hizo casi nada: hubo fallas en algunas terminales de autobús en Australia, en equipos de medición de radicación en Japón y en algunos equipos para pruebas médicas en Inglaterra. Ah, y algunos lugares en el mundo entero, llegaron a mostrar la fecha 1/1/19100. A continuación te presentamos los temores más comunes aquella época.
Muchas personas temían que los aeropuertos y las plantas de energía nuclear colapsaran, provocando una lluvia de aviones y derrames de material radiactivo.
Algunas cajas fuertes y cerraduras sofisticadas dependían de las computadoras. En las grandes ciudades, existía el temor de que los saqueos se multiplicaran y las calles se convirtieran en tierra de nadie.
También hubo pánico en la bolsa: el sistema bancario podría colapsar y los datos sobre los bienes de los clientes se perderían (después de todo, nadie tenía dinero en 1900). Los bancos quebrarían y, junto con ellos, toda la economía.
Los sistemas que suministraban agua potable y luz ya estaban computarizados para la época, principalmente en los países desarrollados. Las personas creían que quedarían a oscuras, lo que significaría un caos general en el comercio y en el tránsito.
Existía un profundo temor de que el transporte público, especialmente los que dependían de sistemas computarizados como los trenes y metros, también colapsaran.
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