La devastación de los bosques, el calentamiento global, la contaminación de cuerpos de agua, la pérdida de los arrecifes de coral y las ciudades superpobladas que viven en una constante contingencia ambiental sin saber lo que es un cielo azul, hacen que perdamos la esperanza en que algún día veremos a la humanidad coexistiendo con el ambiente.
Antes de que rompas el cochinito para iniciar la construcción de tu bunker en el que te aislarás de este catastrófico mundo exterior, debes saber que todavía hay indicios para creer que vamos a enmendar nuestros errores y, al menos, frenar los daños que los humanos le hemos causado a este planeta, hoy te presentamos cinco.
195 países se comprometieron a contener el efecto invernadero.
El pasado mes de diciembre de 2015, durante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, un total de 195 países se comprometieron a involucrarse de forma proactiva en el cambio climático. El Acuerdo de París establece los compromisos de estas naciones para reducir las emisiones de dióxido de carbono a partir del 2020.
La buena nueva es que la convocatoria fue todo un éxito. Durante el primer día en que se puso a disposición la firma del acuerdo, 175 países lo firmaron, la última nación en adherirse al compromiso lo hizo el pasado 22 de abril. El documento estará disponible para ser firmado hasta el día 21 de abril de 2017.
El acuerdo entra en vigor treinta días después de que por los menos 55 países que generen el 55% del total global de emisiones de gases de efecto invernadero entreguen los documentos donde demuestran el plan de acción interno para cumplir con el compromiso. Es decir, firmar el acuerdo no es suficiente, por eso es que se estima que entre en vigor hasta 2020.
El objetivo de este acuerdo es impedir que hasta el 2100 el aumento de la temperatura global supere los 2 °C en relación a los índices preindustriales, así como ayudar a los países en vías de desarrollo a adaptarse a los efectos adversos del cambio climático que no puedan evitarse. Para lograr esto, las emisiones de CO2 tienen que empezar a descender tan pronto como sea posible y alcanzar el cero en algún momento después del año 2050.
La energía solar es cada vez más económica.
Si planeamos cesar la emisión de dióxido de carbono, la mejor forma de lograrlo es dejar de utilizar combustibles como el carbón, derivados del petróleo y el gas natural pero, ¿cómo sustituir algo tan indispensable? Con energía limpia generada a través de medios como el Sol y el viento. Un estímulo para el uso de este tipo de energía que genera electricidad a partir de la luz solar es que se ha vuelto cada vez más barata. En un lapso de cinco años, los costos para generar este tipo de electricidad se redujeron en un 50%.
En los Estados Unidos, el costo por watt de energía generado con paneles solares instalados entre 2007 y 2009 era de US $6.30, mientras que en 2014 esa cifra se redujo a US$ 3.10, según el Departamento de Energía del país. “El Sol puede ser la mayor fuente de energía eléctrica en el 2050”, asegura la Agencia Internacional de Energía.
El mundo invirtió dos veces más en energía limpia que en carbón y gas natural en 2015.
En el año 2015 la inversión global en energía limpia fue de US$ 286,000 millones, mientras que la inversión en nuevos proyectos que involucraban petróleo y carbón fue de US$ 130,000 millones, según un informe de la ONU. Bill Gates y otros visionarios han invertido en proyectos moonshot, el tipo de emprendimiento que no genera lucro a corto plazo, pero que tiene la intención de hacer frente a un problema de forma radical.
Los automóviles eléctricos se están popularizando.
¿Ya has pensado lo genial que sería tener paneles solares en el techo de tu casa que generaran electricidad suficiente para recargar tu automóvil eléctrico? Esto se traduciría en poner fin a las constantes visitas a la gasolinera, que además del tiempo terminan también quitándote el dinero.
Además del beneficio individual, también hay una ventaja global: 15% de la contaminación mundial se genera en los medios de transporte. En el momento en que los automóviles eléctricos se vuelvan más accesibles, esto podría cambiar las cosas bastante. Y quizá suceda dentro de poco: un automóvil eléctrico de Tesla Motors fue lanzado al mercado a comienzos del 2016 por un precio de US$ 35 mil.
Parece que China finalmente está reaccionando.
China y sus ciudades repletas de fábricas suelen cargar con bastante culpa por el cambio climático. Aunque desde el punto de vista económico al país no parece interesarle reducir su colosal producción, parece que finalmente está moviéndose en dirección a reducir la generación de contaminantes.
Además de comprometerse a firmar el Acuerdo de París – prometió adherirse al acuerdo antes de la reunión del G20 en Hangzhou que tendrá lugar en septiembre de este año, el país está experimentando sistemas de carbon pricing. Se trata de una norma en el que las empresas que emitan CO2 tienen que pagar por las emisiones.
Mejor aún, se anunció un plan de cinco años para reducir la generación de contaminación en China, esto entre 2015 y 2020
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