En un futuro, Asgardia podría ser lo que un grupo de científicos define como un nuevo Estado-nación pacifista ubicado en el espacio y reconocido por la Organización de las Naciones Unidas. Según el sitio web de este proyecto “se convertirá en un lugar en órbita que es una auténtica tierra de nadie”.
El grupo pretende lanzar un primer satélite a finales del año 2017. Sin embargo, algunos especialistas tienen serias dudas sobre la viabilidad de un plan tan ambicioso como este, sobre todo si se toma en consideración que las leyes internacionales vigentes prohíben reivindicaciones de soberanía nacional en el espacio exterior.
El International Aerospace Research Center es el organismo a cargo del proyecto. Se trata de una empresa privada creada por el científico y emprendedor ruso Dr. Igor Ashurbeiyli, con sede en Viena, Austria. Esta nueva nación, cuyo nombre deriva de una ciudad de la mitología nórdica que se ubica en el cielo, asegura ofrecer una plataforma independiente, libre de las limitaciones legales de un país terrestre.
El grupo dice que abrirá nuevas oportunidades en el espacio para el comercio, la ciencia y los pueblos de todos los países del mundo.
Ciudadanos de un lugar que no existe
Más de 50 mil personas ya han rellenado un formulario en línea para formar parte de este nuevo Estado-nación. Los “ciudadanos” de Asgardia, que pasarán por un examen de admisión, deben obtener pasaportes, según explica a la BBC Lena de Winne, miembro senior del proyecto que trabajó para la Agencia Espacial Europea durante 15 años.
“Por supuesto que es complicado entender el concepto de cómo se puede ser un ciudadano de algo en donde no puedes colocar un pie”, dice. “Pero yo soy una ciudadana de los Países Bajos y ahora me encuentro en París. No hay nada de raro en ser un ciudadano de un país donde no vives y a donde no vas”.
Una serie de concursos se están llevando a cabo para decidir el himno nacional y el diseño de la bandera de Asgardia.
Los problemas de un país “invisible”
Según el director del Instituto de Política Espacial y Derecho de Londres, el profesor Sa’id Mosteshar, resulta complicado que Asgardia sea reconocido por el derecho internacional. “El Tratado sobre el espacio ultraterrestre aceptado por todos dice muy claramente que ninguna parte del espacio exterior puede ser apropiada por ningún Estado”.
Como Asgardia no estará asociado con un territorio autónomo, con sus “ciudadanos” en la Tierra, sus posibilidades de que se le reconozca como un país son escazas.
Aspectos económicos y jurídicos.
Hasta ahora el proyecto está siendo financiado por el Dr. Ashurbeiyli, pero el grupo asegura que buscará el crowdfunding. Este aspecto del financiamiento colectivo sugiere que los fundadores del grupo “no tienen un plan de negocios real, creíble”, apunta el profesor Mosteshar.
Sobre los aspectos jurídicos, el Dr. Ashurbeiyli aseguró que creará una “nueva realidad jurídica en el espacio”.
“El proyecto es la creación de un nuevo marco para la propiedad y nacionalidad del espacio, que se adaptará a las leyes del espacio exterior actuales que rigen la responsabilidad, la propiedad privada y las empresas para que sean adecuadas a una finalidad en la nueva era de exploración espacial”, puntualizó en un comunicado.
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