Al planeta Tierra se le conoce con el nombre de Planeta Azul debido a que los océanos ocupan el 70% de la superficie. Y son precisamente los mares los que nos proporcionan una buena parte de los recursos, albergan una enorme diversidad biológica y son los reguladores del clima. Es decir, son claves para nuestras vidas y, sin embargo, la humanidad se ocupa de ellos y su protección aún menos que de la Tierra. Si en esta se ha conseguido proteger un 17% de su superficie mundial, en las aguas esa cifra alcanza escasamente el 3%.
El día de la Tierra es una fecha perfecta para recordar que seguimos tirando a ellos nuestras basuras, ocho millones de toneladas de plástico solo en el 2015; hemos permitido una peligrosa situación de sobrepesca pero, sobre todo y mucho más peligroso, los seres humanos hemos provocado un calentamiento global que se está cebando, y lo hará cada vez más, en los mares. Si la basura y la sobrepesca son peligrosas para la salud de los océanos, los efectos del cambio climático, unidos además a estos dos desastres, llevan camino de ser catastróficos.
Y, según aseguran los científicos expertos en la investigación oceánica, no habrá que esperar mucho para verlo. Muchos de ellos lo están observando ya en sus investigaciones. Sarah Moffitt, investigadora de la Universidad de California-Davis aseguraba en una entrevista que deberán pasar miles de años para que la situación previa al desastre se recupere: «Es evidente que en el futuro, en un futuro cercano, el de nuestros hijos, los océanos no van a ser como los que hemos conocido nosotros».
Alguien podría pensar que tampoco es excesivamente grave que las cosas cambien. Los océanos eran de una forma antes y serán distintos dentro de unos años. El problema es que esas diferencias no son precisamente amables. Cada vez hay mayor consenso en que la actual situación se está acercando peligrosamente a algo similar a lo que ocurrió hace 250 millones de años y que, en ciencia, se conoce como La gran extinción. Entonces desaparecieron más del 90% de todas las especies marinas. Las condiciones que causaron aquella catástrofe biológica tardaron cientos de miles de años en provocarla. La actual solo ha necesitado unos cien años para ponerse en marcha. El día de la Tierra trata de concienciar a la población para que valore y respete el planeta.
Las décadas en las que las emisiones de CO2 a la atmósfera han facilitado el calentamiento global. El océano es un sistema muy complejo en el que todos sus componentes: temperatura, acidez y seres vivos están directamente relacionados. Cuando uno cambia drásticamente, el resto se ve afectado. El primer efecto que el calentamiento ha tenido sobre los mares ha sido el de elevar la temperatura de las aguas. No hay duda de que estas son ahora más calientes que hace cien años, lo que no se sabe bien aún es cuánto.
Durante los últimos años desde que comenzó a investigarse seriamente el cambio climático, los científicos midieron la temperatura superficial del mar. Descubrieron que estaba subiendo y además que no lo hacía de manera uniforme, hay zonas en las que sube mucho más que en otras. Sobre lo que ha habido pocos datos ha sido sobre lo que ocurría en las aguas profundas. Durante un tiempo dio la impresión de que ese calentamiento solo ocurría en la superficie y que en los fondos marinos las cosas seguían estables. Ese hecho aunque grave parecía que podía ser más fácilmente reversible si en algún momento se empezaba a combatir. Pero el año pasado llegó la sorpresa.
Un estudio al que en oceanografía se conoce desde que se publicó como el que impide dormir a los científicos demostró que las cosas no eran así. Una investigación realizada por el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de Estados Unidos y publicada el pasado mes de enero demostró que hasta un 35 % del aumento de temperatura del agua marina ha tenido lugar en las profundidades. Ese aumento de calor está sobrepasando ya los 700 metros de profundidad. Y si hay algo evidente es que cuanto más profundo llegue más difícil será revertirlo. Pero además tiene efecto sobre la vida marina. El plancton está disminuyendo a causa del calor. Algunas de sus especies están desapareciendo a un ritmo vertiginoso.
Durante los últimos años desde que comenzó a investigarse seriamente el cambio climático, los científicos midieron la temperatura superficial del mar. Descubrieron que estaba subiendo y además que no lo hacía de manera uniforme, hay zonas en las que sube mucho más que en otras. Sobre lo que ha habido pocos datos ha sido sobre lo que ocurría en las aguas profundas. Durante un tiempo dio la impresión de que ese calentamiento solo ocurría en la superficie y que en los fondos marinos las cosas seguían estables. Ese hecho aunque grave parecía que podía ser más fácilmente reversible si en algún momento se empezaba a combatir. Pero el año pasado llegó la sorpresa.
Un estudio al que en oceanografía se conoce desde que se publicó como el que impide dormir a los científicos demostró que las cosas no eran así. Una investigación realizada por el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore de Estados Unidos y publicada el pasado mes de enero demostró que hasta un 35 % del aumento de temperatura del agua marina ha tenido lugar en las profundidades. Ese aumento de calor está sobrepasando ya los 700 metros de profundidad. Y si hay algo evidente es que cuanto más profundo llegue más difícil será revertirlo. Pero además tiene efecto sobre la vida marina. El plancton está disminuyendo a causa del calor. Algunas de sus especies están desapareciendo a un ritmo vertiginoso.
Pero la subida del nivel de las aguas marinas tiene otro efecto que va a convertirse en un auténtico quebradero de cabeza para muchos países costeros. La llegada de aguas saladas cada vez más adentro disminuyendo los acuíferos.
La gran influencia del mar en el clima
Los mares son los principales recolectores del CO2 que emitimos a la atmósfera. Y como las emisiones han crecido enormemente en la última centuria, el CO2 de los océanos ha aumentado en paralelo. Eso ha hecho que crezca la acidificación de las aguas. Y, una vez más, esa diferencia está rompiendo un equilibrio biológico. Las aguas ácidas dificultan la formación de los caparazones y las conchas de los animales marinos que las tienen. Y como en todo, eso no les afecta solo a ellos sino que acaba perjudicando a todos los organismos marinos. Se sabe hace tiempo que los océanos tienen, sobre todo en las épocas estivales, lo que se conoce como áreas muertas. Zonas en las que la concentración de oxígeno en el agua es tan baja que nada puede habitar en ellas. Desde el año 1960, cada diez años se duplica la extensión de esas zonas, algo que no había ocurrido antes. Y no solo eso, hasta ahora, esas zonas se sitúan cerca de las costas pero en este siglo XI eso podría cambiar y podrían empezar a aparecer cada vez más zonas muertas en aguas profundas.
Todo lo que sucede en los mares tiene efectos inmediatos o a largo plazo sobre la tierra. Lo primero, en el clima ya que los océanos cumplen el papel de reguladores. Si los mares cambian, el tiempo que conocíamos dejará de ser el habitual. La mala salud de los océanos tiene un coste. Desde hace muy poco tiempo ha nacido una corriente que habla de la «economía azul». Igual que en la segunda mitad del siglo pasado apareció el concepto de «economía verde » referido a la necesidad de racionalizar los recursos.
El Día de la Tierra ha llegado también un año más a Google. Pero el buscador más famoso de la Red ha ido un paso más allá y además de celebrar este día con un ´doodle´, como viene siendo habitual, ha querido concienciar a los usuarios sobre el cuidado del medioambiente a través de una sencilla pregunta: ¿Qué puedes hacer tú por la Tierra
Google ha querido generar conciencia en este Día de la Tierra sobre el daño que le estamos haciendo al planeta y se ha propuesto enseñar a los usuarios una serie de acciones que pueden ayudar a disminuir el impacto ambiental que causamos.
Estos son los consejos que ofrece Google en su ´doodle´ sobre el Día de la Tierra 2017:
- Acuérdate de apagar las luces cuando salgas de la habitación
- Sal fuera y ayuda a plantar un árbol en tu barrio
- Prueba por un día a compartir tu coche, caminar, ir en bici o en transporte público
- Comer fruta, vegetales o productos locales puede reducir emisiones y residuos
El buscador responde además a la pregunta de qué puedes hacer tú por la Tierra con un vídeo publicado en Youtube en el que ofrece estos muchos otros consejos y datos sobre cómo hacer de nuestro planeta un lugar más sostenible.
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