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Como convertirte en alguien fuerte emocionalmente

Publicado por Unknown el martes, 19 de agosto de 2014 | 12:05 p.m.

Una persona con buena resistencia mental es aquel individuo que se mantiene fuerte ante una situación complicada. Es la persona capaz de mantener la concentración y la determinación a pesar de las dificultades que encuentra en el camino, después de todo, nuestras expectativas no siempre coinciden con la realidad – casi nunca, si te lo piensas bien.


La cuestión es: ¿Si las cosas no salen según lo planeado es mejor desistir? En seguida, analizamos una serie de 4 pasos que seguramente ayudan a tener un mejor equilibrio emocional.


Administras tus expectativas.

Una de las formas más eficaces de mantener el equilibrio emocional es administrar nuestras expectativas, y esto aplica en todo: de relaciones sentimentales a reuniones de trabajo. Si eres del tipo de persona que piensa en matrimoniarse después de un mes de noviazgo, es muy probable que termines frustrado. Cuando se tienen muchas expectativas y estas no se vuelven realidad, es posible que termines decepcionado, acabes frustrado y, eventualmente, sientas que pierdes el control.

Cuando esto sucede, tu salud emocional pasa por un desequilibrio y tiendes a creer que eres una persona con poca suerte. Las personas flexibles que son capaces de adaptarse a diferentes situaciones tienden a no decepcionarse de forma tan regular.


En un artículo publicado en la revista Forbes, Christine M. Riordan explica que los grandes líderes tienen la habilidad de tratar con eventos inesperados sin decepcionarse o ponerse a la defensiva, creyendo que todo está saliendo mal.

Los líderes procuran mantener el buen humor, incluso durante una situación complicada y, frente a una situación que no va según lo esperado, consiguen abrirse nuevos caminos para resolver el problema. Por esta razón un líder es líder: porque consigue idear nuevas estrategias rápidamente, sin quebrarse.

Es por esto que necesitas comprender que no tienes la habilidad mágica de controlar todo lo que sucede, tan sólo puedes controlar la forma en que reaccionas ante los acontecimientos. La mejor forma de hacer esto es analizar la situación desde diversos ángulos y pensar en una forma de pasar por ella sin arrancarte los cabellos. Cuando estás cargado de emociones, resulta difícil analizar un evento con claridad.

Tómate tu tiempo, espera unos minutos para tomar una decisión. Es posible que los resultados sean mejores en estos casos. Finge que estás dando un consejo a ti mismo, después de todo, casi siempre reaccionamos de forma exagerada, incluso cuando no entendemos con claridad lo que está sucediendo. Es preciso saberlo todo antes de reaccionar. Hacer esto con frecuencia te ayudará a manejar mejor tus expectativas.

Puedes formarte expectativas realistas a partir del momento en que reflexiones sobre lo que puede o no suceder respecto de una situación futura. Si vas a una entrevista de trabajo, espera dar lo mejor, pero no creas que te van a contratar de forma inmediata. Antes de crear expectativas, piensa en lo que realmente puede suceder.

Cuando logramos analizar las posibilidades reales y aceptarlas antes de reaccionar a ellas, estamos muy bien preparados para lo que pueda acontecer en el camino. Es una cuestión de práctica. Después, pasamos a hacer este ejercicio de forma automática.


Sal de tu burbuja y no veas al pasado.

Tienes que aprender a mantener cierto confort incluso en situaciones de estrés, después de todo, una mente equilibrada no se construye sobre su propia zona de confort. Si eres del tipo de persona que corre a casa de su madre o del mejor amigo siempre que algo malo sucede, ha llegado la hora de que intentes resolver tus problemas solo.

Tu madre y tu familia, de un modo general, siempre pueden echarte una mano, pero es un error que ellos te resuelvan todo cada vez que el dinero se acaba, por ejemplo. ¿No es esta la hora de comenzar a trabajar, de encontrar un empleo o simplemente de reducir los gastos?


El problema es aprender a tratar con la situación, y no huir de ella. En el ejemplo del dinero, si te quedas sin efectivo antes de salir del mes y tu madre tiene que romper la alcancía para darte una ayudadita, tal vez sea mejor que empieces a economizar más y a procurar otra fuente de ingreso. ¿Y si el próximo mes ya no hay ayuda financiera, que harás? ¿Qué tal comenzar a resolver tus problemas solo?

Según Maria Bogdanos, especialista en salud emocional, es necesario resistir a la tentación de culpar a otras personas o esperar algo de ellas. La autora cree que es fundamental intentar resolver los problemas sin ayuda. Resulta mucho más recompensante y demuestra más inteligencia.

Si quieres aprender a tratar con la falta de dinero, no pidas aquella falta “prestada” a alguien más. Si quieres aprender a lidiar con las situaciones de estrés, no huyas de los problemas más difíciles –en lugar de eso aprende a detenerte, pensar en la situación y encontrar una forma inteligente de pasar por ella.

Cuando logres atravesar un momento de estrés sin desesperarte, te sentirás agradecido por haber tenido el coraje de enfrentar tus miedos. Está permitido quedar emocionalmente devastado ante una situación difícil o inesperada, el asunto es si puedes aprender a reaccionar mejor frente a esto. Y si eres ese tipo de persona en el trabajo, por ejemplo, tienes todo que ganar.


¿Qué te motiva?

Digamos que pones en práctica todo lo que te hemos dicho hasta ahora. Ya no eres una persona precitada y has aprendido a conocer tus emociones y expectativas. Perfecto. El asunto ahora es mantenerse motivado a reaccionar de una forma equilibrada. Independientemente de la situación, necesitas mantenerte motivado. Siempre.

Para encontrar aquello que más motive tus actitudes, pregúntate siempre porqué necesitas hacer una cosa. Por ejemplo: “¿Por qué necesito resolver ese problema?”, “¿Por qué necesito pasar por eso?”, “¿Por qué necesito ser más fuerte, más rápido y más saludable?”


Estas preguntas te ayudarán a darte cuenta de la importancia que tiene resolver tus problemas. No vale responder de forma genérica, como “porque sí”. Se precisa de hacer preguntas específicas para hallar respuestas específicas que te estimularán a seguir adelante.

Respuestas como “porqué quiero ser mejor en aquello que hago”, “por qué esta persona necesita de mi”, “por qué quiero tener una vida larga, saludable y mejor” son más eficientes que un simple “porque sí”. Sólo que no te confundas: no por el hecho de que sepas tus objetivos y motivaciones el proceso será fácil. Siempre existe la posibilidad de que algo salga mal, y ahí es donde necesitas recordar los puntos anteriores.

Cuando te encuentres frente a una adversidad, es necesario una buena dosis de eso que las personas llaman fuerza de voluntad, aquel impulso que te anima a continuar incluso cuando el deseo es tirar todo por la borda. Lo que tal vez no sepas es que los momentos de fuerza de voluntad aumentan tu autoestima y, cuando haces pequeñas conquistas, te sientes en control. Es un círculo vicioso de bien, por decirlo así.



El lado bueno de equivocarse.

Incluso con todo el entrenamiento emocional del mundo es posible que falles algún día, incluso por qué no todo depende exclusivamente de ti. La cuestión es aprender a analizar el fracaso de una forma diferente – ¿Qué tal pensar en él como un aplazamiento de una gratificación final?

“Aceptar el fracaso, estar bien con no conseguir lo se quiere exactamente ahora es una de las mejores estrategias para el éxito”, dice Dr. Sean Richardson, en una de sus ponencia en TEDx en 2011.


Mantén un pensamiento en mente: las cosas grandes no son cosas fáciles. Y, si aprendes a trabajar duro y a tener paciencia, terminarás tu misión en cuestión de resistencia mental, que es también la capacidad de decir a ti mismo que eres capaz de alcanzar mucho más y de ser mejor.

También resulta necesario desistir de cosas imposibles – porque, sí, existen. Es fácil decir que todo es posible, pero no es así. Algunos sueños o metas simplemente acaban desviando nuestra energía. Si sueñas con casarte con tu celebridad favorita, es muy posible que tal cosa nunca suceda. Entonces puedes ocupar tu mente con pensamientos sobre lo increíble que sería despertar al lado de Jennifer Lawrence, por ejemplo.

Tener una mente resistente es un proceso, y no es algo que puedas lograr de un día a otro, en consecuencia necesitas paciencia, práctica y autocontrol para que, al paso del tiempo, puedas considerarte una persona capaz de dominar tus propias emociones y sacar el máximo provecho de ellas.




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