Pese a lo arraigado de su nombre en la cultura popular, la existencia del brontosaurio como tal estuvo por mucho tiempo en entredicho. Sin embargo, un estudio de la Nueva Universidad de Lisboa (vía Scientific American) asegura que sí, que el brontosaurio es (mejor dicho, fue) real y no solo un plato de los Picapiedra.
El estudio, que buscaba establecer ciertas relaciones entre algunas especies de las milenarias bestias, concluyó que se conocen al menos tres diferentes especies de brontosaurio: Brontosaurus excelsus, Brontosaurus parvus y Brontosaurus yahnahpin.
El "problema" para el brontosaurio se dio en la fecha de su descubrimiento original. El primero fue encontrado en 1879; luego, en 1903, otro paleontólogo se dio cuenta que ese brontosaurio era en realidad un apatosaurio, descubierto en 1877. Y como el derecho de antigüedad es el que manda, el brontosaurio quedó como apatosaurio.
El autor del estudio, Emanuel Tschopp, indica que el brontosaurio tiene un cuello más alto y delgado que el del apatosaurio. Y también agrega que un estudio con este nivel de detalle "no hubiera sido posible hace 15 años".
Por otra parte, Kenneth Carpenter del Museo Prehistórico de la Universidad de Utah cree que si bien el estudio es impresionante, el apatosaurio nunca ha sido detallado y ese es el punto de partida para determinar con veracidad si el brontosaurio es real o no. "Quizás sí existió, pero el veredicto final todavía está en el aire", apunta Carpenter.
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