Según lo estipulado en la teoría de la Interpretación de Mundos Múltiples (IMM) de la física cuántica, existimos en una red infinita de líneas de tiempo alternativas. Obviamente se trata de una afirmación de mucho peso con un montón de implicaciones de índole científico, filosófico y existencial. Para entender todo este bagaje que trae la teoría a cuestas, a continuación reunimos ocho de las más extrañas implicaciones posibles que surgen de esta engañosa postura.
La IMM
Según lo planteado en la hipótesis de Hugh Everett, habitamos en un universo – más precisamente en un multiverso – donde cronogramas se ramifican constantemente dando origen a mundos distintos y coherentes, cada uno experimentado por una versión de ti.
Los físicos cuánticos han venido usando la IMM para echarle tierra a un pozo bastante incómodo que dejó la “Interpretación de Copenhague”, una afirmación que sostiene que un fenómeno no observado puede existir en estados pares. Así, en lugar de decir que el gato de Schrödinger está vivo o muerto, los defensores de la IMM optarían por decir que el gato simplemente se “ramificó” en dos mundos diferentes: uno en el que sigue vivo y otro en el que murió.
A casi seis décadas de haber sido concebida por vez primera, la IMM continúa siendo un tema de mucha controversia. En un censo entre físicos cuánticos llevado a cabo en 2013, solo una quinta parte de los entrevistados dijeron apoyar la IMM (en comparación con un 43% que prefirió la Interpretación de Copenhague).
Aclarado esto, la lista de pensadores que se manifiesta a favor de la Interpretación de Mundos Múltiples es apabullante, y entre ellos se incluyen a algunas eminencias como el físico cuántico David Deutsch, el científico de la computación Scott Aaronson y el físico Sean Carroll.
Independientemente de la aceptación de esta teoría, ciertamente resulta interesante analizar sus implicancias. Sin embargo, esto apenas comienza…
Viviríamos en un multiverso de proporciones colosales
Muchas veces los cosmólogos dan por sentado que el mundo que observamos es único – de ahí el “uni” en universo.
Las ramificaciones de multiversos ya han sido consideradas una herejía científica, pero aparentemente es cada vez más probable que resulte cierto. De hecho, la sugerencia de que existe una multiplicidad de universos fue hecha por un número de científicos y metafísicos de renombre.
La afirmación principal de la IMM es que toda la existencia está compuesta por una superposición cuántica de un número incontablemente grande – o si se le quiere, infinito – de universos. Si esta interpretación de la existencia es verdad, entonces debe existir un número absolutamente sorprendente de mundos alternos.
Y, en consecuencia, más posibilidades de que exista la vida allí afuera.
El relato único de tu vida es una ilusión
La IMM también perturba nuestra noción de individualidad. Todos experimentamos la vida como un viaje coherente y discreto a través de lo que parece ser el espacio y el tiempo. Sin embargo, según la IMM, ese viaje es un conjunto de expansión exponencial de casos que se ramifican a cada momento. Como resultado, no debemos pensar en nosotros mismos como individuos, sino como multiplicidades.
La razón para esta ilusión es que las demás experiencias no pueden ser observadas, por eso nos quedamos con la impresión de que somos apenas una única persona. Ahora, esto no quiere decir que nuestras experiencias de realidad no son de alguna forma reales o verdaderas. Lo son completamente. Pero tenemos que reconocer – vía la IMM – que nuestras vidas no son precisamente lo que parecen ser.
Y así, de la nada, pasas a sentirte como el personaje protagonista de la película Interestelar.
Existen incontables versiones de ti
Si la IMM fuera correcta, entonces debe existir un número casi infinito (o infinito, como mejor convenga) de versiones tuyas, y cada una experimenta el mundo como un individuo distinto y ajeno a ti y a los otros.
Consecuentemente, la cantidad de caminos alternativos de la vida tiene que ser inconmensurable. Desde el nacimiento, tú – o lo que crees que eres tú – te has ramificado en mundos diferentes, con cada superposición de pasaje. El conjunto complejo de “ti” es una especie de sistema radicular masivo que crece de forma exponencial, de manera que cada nueva raíz representa un nuevo cronograma.
Dado que la IMM implica una variabilidad constante con base en probabilidad, cada nueva instancia de ti debe ser diferente, observándose en un mundo en que un resultado alternativo ha acontecido.
Hay versiones de ti que aún están con tu ex. Muchas de tus versiones alternas son más felices y exitosas que tú, y viceversa. También debe haber versiones de ti que ya murieron, o que sufrieron la muerte de un ser querido que aún está vivo en tu realidad. Incluso puede haber versiones “malvadas” de ti, al estilo Star Trek. Las posibilidades prácticamente son infinitas, siempre que los fundamentos que rigen a la física no sean violentados.
Conservas el libre albedrío
Si tomamos en cuenta que todas las posibles decisiones serán hechas por diferentes versiones de ti, la IMM complica mucho el tema del libre albedrío. ¿Si todas las opciones de elección son tomadas en mundos alternos, entonces por qué pasar por todos los problemas de analizar todas las evidencias antes de elegir? El destino colectivo de nuestra totalidad existencial, aparentemente, ya fue determinado.
Sin embargo, como explica el especialista Michael Clive Price, mientras todas las decisiones son hechas, algunas son electas con más frecuencia que las otras. En otras palabras, cada ramificación de una decisión tiene su propio “peso” para cumplir las leyes usuales de la estadística cuántica.
Además, la IMM implicaría una cierta indeterminación de la existencia, aunque de forma intuitiva. Siempre nos preguntamos: “¿Podría haber elegido un camino diferente en la vida?”. La IMM implica que la respuesta es definitivamente SÍ.
Además, no solo podrías haber elegido un curso de acción diferente, como una versión alternativa de lo que realmente hiciste. Cuándo o porqué eliges de forma diferente, o porqué abandonaste de una cierta forma una prueba o lo que sea, todo se resume a la forma en como los eventos cuánticos en la escala clásica son afectados – incluidos los pensamientos en tu cerebro.
Debe existir un mundo extraño allí afuera
La IMM necesariamente nos conduce a posibilidades muy extrañas.
Una vez más, todas las ramificaciones de esa idea son teóricamente posibles, siempre que sean probables y no violen las leyes de la física. Sin embargo, es importante precisar que, dado el espacio de todos los mundos posibles, es mucho más posible que te encuentres en los más probables y aparentemente racionales de los mundos, porqué aparecen con mucha mayor frecuencia (y por varias órdenes de magnitud).
Pero habrá algunos mundos en que cosas altamente improbables deben acontecer. Por ejemplo, si una persona tira una moneda 1,000 veces, debe existir un mundo en que esa persona saca “cara” 1,000 veces seguidas. Además, debe existir un mundo allá afuera donde alguien siempre apuesta correctamente en los resultados deportivos, por ejemplo.
De forma más radical, una persona sin formación musical alguna podría sentarse frente a un piano e inmediatamente comenzar a tocar el 3º Concierto de Rajmáninov de inicio a fin, incluidas todas las dinámicas necesarias.
En dicho escenario, cada resolución de resultados de superposición en un determinado estado cerebral produce los movimientos correctos. Las probabilidades de que esto suceda, sin embargo, están más allá de una escala astronómica e implicaría un terriblemente pequeño subconjunto de todos los universos posibles.
Es aquí que muchos escépticos trazan la línea de esa interpretación, argumentando que este tipo de escenarios son tan ridículos que casi por sí mismos prueban que la IMM no es verdad.
La comunicación entre mundos paralelos puede ser posible
En 1995, el físico cuántico Rainer Plaga propuso una prueba experimental de la IMM en el que describe un procedimiento para el intercambio de información y energía “entre mundos”, es decir, “acoplamiento débil”.
Al emplear un dispositivo óptico cuántico estándar, un solo ion puede ser aislado de su ambiente en una trampa de iones. Entonces, una medición de mecánica cuántica sería hecha con dos resultados separados realizados en otro sistema, lo que resultaría en la creación de dos mundos paralelos.
Dependiendo del resultado, un ion debe ser excitado solamente en uno de estos mundos paralelos antes de que el ion curse a través de su interacción con el ambiente.
Plaga argumenta que deberíamos ser capaces de detectar esta excitación en otro mundo paralelo, lo que posteriormente fortalecería las pruebas para corroborar la IMM – en un camino potencial para enviar información a una realidad paralela.
Es difícil saber que tan detallada podría ser esta información, o si significaría alguna cosa para el receptor. Es una idea fascinante y espectacular sobre las potenciales implicaciones de la comunicación entre mundos.
No existen paradojas sobre los viajes en el tiempo
Muy simple: la existencia de mundos alternos significa que no hay una única línea del tiempo a ser recorrida.
Si una persona quisiera regresar al pasado, simplemente detonaría una nueva red de cronogramas. La IMM sugiere que las paradojas del viaje en el tiempo – como volver en el tiempo para asesinar a alguien – no son nada que deba preocuparnos.
Todo ya sucedió, y volverá a suceder de nueva cuenta.
La cosa más curiosa sobre el conjunto completo de mundos infinitamente variables es que todo ya sucedió.
Y no solo eso: todo lo que ya fue volverá a ser un número infinito de veces. Así como Bill Murray en El Día de la Marmota (“Groundhog Day”) de 1993, este día será experimentado por ti mismo algunas veces más. Incalculables veces más.
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